Nicolás de Maquiavelo terminó esta obra en 1.513, cuando las fronteras de Europa se marcaban a base de sangre e intrigas. El eruditoescritor florentino sintetizó los usos y costumbres que desde laantigüedad rindieron éxito a los grandes mandatarios. Hoy señalamosalgunos de sus pasajes como maquiavélicos, pecando de ceguerahistórica: El príncipe fue y seguirá siendo un modelo de cienciapolítica, un retrato realista de los que siempre han ostentado elpoder.