La vida filosófica no consiste únicamente en la palabra y laescritura, sino en la acción comunitaria y social. Era ya la opiniónde Epicteto y de Marco Aurelio. También desde esta perspectiva delactuar es como hay que comprender la máxima goetheana «No te olvidesde vivir», ya que resume el extraordinario amor hacia la vida quepodemos observar en Goethe.Gran lector de Goethe, Pierre Hadot analiza aquí cómo el maestroalemán se sitúa en la larga tradición occidental de los «ejerciciosespirituales» inspirados por la filosofía antigua. Por medio de estapráctica cotidiana, el individuo se esfuerza en transformar su manerade ver el mundo, a fin de transformarse a sí mismo.A semejanza de los Antiguos, Goethe creía en la necesidad de vivir enel presente, en la «salud del momento», de comprender la felicidad enel instante en lugar de perderse en la nostalgia romántica del pasadoo del futuro. La superación del «yo parcial y pasional», laconcentración en el instante presente, la «mirada desde lo alto» o la«perspectiva universal» son algunos de los temas que Goethe abordó yque Pierre Hadot trata en este ensayo.