El mundo emergente es un escenario bélico. Ya sea por las tensionessociales que estragan a las sociedades urbanas de todo el planeta opor el surgimiento de conflictos diversos, cada vez más se impone unanueva cosmovisión como forma de gobierno global.
Campo de guerra analiza la tendencia geopolítica encabezada porEstados Unidos de América, que, con el pretexto de combatir elterrorismo en el mundo, ha impuesto el control y la vigilancia apartir de plataformas militares, y ha impulsado el orden paulatino degrandes corporaciones mundiales, cuya sinergia en el espionajeabsoluto se ha revelado en los últimos tiempos.
El modelo de control y vigilancia fue insertado en la comunidadinternacional mediante la ideología ultraliberal, la apertura de losmercados, la economía globalizada y las sociedades de la información.De modo paralelo, la democracia formal hizo creer que, a través delpragmatismo por encima de las normas constitucionales de cada país,podría avanzarse para realizar un gobierno planetario bajo la banderade «la libertad y la democracia».
Los riesgos están a la vista: los Estados-nación son incapaces desatisfacer las exigencias sociales y de comprender las grandestransformaciones que encubre el modelo de control y vigilancia, aldesplazar la presencia de cada persona e instalar la hegemoníacreciente de la técnica y el dinero como ejes del mundo hacia unfuturo transhumano que anuncian ya los artilugios electrónicos. El ser humano como prótesis del mundo artificial y objeto de redes ysistemas, el ciudadano víctima de una visión pervertida de la realidad que lo ubica entre la defensa de sus derechos y la voluntadinsurreccional.
Este ensayo documentado e inquietante explora esa geopolítica queaprovecha la inestabilidad social, los cárteles de la droga, larepresión del Estado y el paramilitarismo para sentar las bases de undominio integral. Un atisbo al mundo del mañana que comenzó a ser hoy.