Lo mejor, lo más elocuente y clarificador que el lector encontrará eneste libro, será descubrir en el comentario al evangelio de cada díael cumplimiento de un texto genial de san Juan de la Cruz, que dejóescrito que Dios le dice a cada lector: Si te tengo ya habladas todaslas cosas en mi Palabra, que es mi Hijo, y no tengo otra, ¿qué tepuedo yo ahora responder o revelar que sea más que eso? Pon los ojossolo en él, porque en él te lo tengo dicho todo y revelado, y hallarás en él aún más de lo que pide y deseas. Porque tú pides locuciones yrevelaciones en parte, y si pones en él los ojos, lo hallarás en todo, porque él es toda mi locución y respuesta y es toda mi visión y todami revelación. Lo cual os he ya hablado, respondido, manifestado yrevelado, dándoosle por hermano, compañero y maestro, precio ypremio.(Subida al Monte Carmelo, 2, 22). En Jesús, Dios nos dice cadadía todo cuanto nos tiene que decir. El problema está en nosotros,que, con demasiada frecuencia, ponemos nuestra atención y nuestrosintereses en otras cosas, que poco o nada tienen que ver con elEvangelio.
José María Castillo es Doctor en Teología Dogmática (UniversidadGregoriana de Roma), Profesor de Teología Dogmática (Facultad deTeología de Granada), Profesor invitado en diversas Universidades yDoctor Honoris Causa por la Universidad de Granada.