Si yo fuera una actriz de cine y deseara la piel más luminosa delmundo, no dejaría de beber medio litro de kombucha al día. Tan sólobebiendo durante tres días dos vasos de kombucha, la piel se aclara,se suaviza y emite una luz que no puede ser más que el resultado deuna mejora interna en todo mi organismo. La piel no sólo se nutre decremas, sino, y principalmente, de unos intestinos saludables. Poreso, los problemas de piel deben ser tratados desde dentro.os sereshumanos sentimos la necesidad de compartir lo que nos producebienestar. Por este motivo, introduje en España a través de mis cursos, y enespecial del máster en cocina vegetariana que dirijo, el arte de lafermentación basada en plantas, formando a futuros profesionales que,a su vez, incorporan y divulgan las técnicas de la fermentación en sucocina.oy he sentido la necesidad de compartirlo también contigo. Nosólo por la belleza del acto en sí de fermentar, sino también porqueentiendo que hoy más que nunca queremos volver a lo natural, a loartesano, a lo saludable, a lo económico y hecho en casa con nuestrocariño y nuestro tiempo. Fermentar es una tarea que puede englobar auno o a muchos. En mis cursos, mientras los alumnos preparan chucrut o kimchi, disfrutamos de música que eleva el espíritu, nos calma, nosayuda a introducir el mindfulness en la cocina, a relacionarnos conamor con los alimentos y a ser agradecidos. Después, estos fermentados vegetales se pueden comer en familia y disfrutar no sólo de su sabor, sino también de todas sus propiedades curativas, amén de lasatisfacción que da saber que estás comiendo algo hecho con tus manosy para lo que has tenido que esperar. Todos los fermentados que vas aaprender a elaborar en este libro están adaptados a nuestra cocina. He utilizado ingredientes locales para fermentar o para aderezar losfermentos japoneses, birmanos, coreanos, chinos, alemanes o rusos.Estoy feliz de poder acercar al paladar mediterráneo los saboresumami, en japonés 'agradable', 'sabroso', o sabores completos de losfermentados más exóticos que satisfacen el paladar, con los queagasajo también a mis huéspedes en el hotel rural La Fuente del Gato.