La lengua española está en constante procesode cambio: usos nuevos oque hoyse consideran impropios terminarán siendomayoritariamenteaceptados y formandoparte de la norma.
Los cambios surgen como usos impropiosque se ponen de moda en el habla de lacalle, entre los políticos o en el lenguaje delos medios decomunicación. Unas vecespasan como simples modas, pero otrasgananaceptación y terminan formandoparte de la lengua y siendo aceptadosporla Academia (casos como las tan criticadas«almóndiga», «vagamundo»o «madalena»).
También el lenguaje de los jóvenes esmuy rico en estos neologismos. Si bienla mayoría son perecederos, algunos sonverdaderos aciertos quecalan en el habla general y pasan a formar parte del vocabulariocomún.