Este libro tiene un vínculo, por su estilo y por su estructura, conCinco meditaciones sobre la belleza (Siruela, 2007), pero esta vez elautor no indaga en la dualidad belleza-mal, sino en la que integran la muerte y la vida para mostrarnos un «doble reino de la vida y de lamuerte», en él, la primera, elevada a su más alta dimensión, supera yengloba a la segunda. François Cheng no pretende en esta obra darnosun «mensaje» sobre la vida después de la muerte ni elaborar undiscurso dogmático, sino dar testimonio de una visión de la «vidaabierta». Una visión en movimiento ascendente que invierte nuestrapercepción de la existencia humana y nos invita a observar la vida ala luz de nuestra propia muerte. Esta transforma cada vida en undestino singular y la hace partícipe de una gran aventura por venir.