Si en los próximos años no se promueve en nuestras parroquias ycomunidades un clima de conversión humilde y gozosa a Jesucristo, esfácil que veamos cómo la fe se va extinguiendo poco a poco entrenosotros y cómo nuestro cristianismo multisecular se va diluyendo enformas religiosas cada vez más decadentes y sectarias, y cada vez másalejadas del movimiento de seguidores inspirado y querido por Jesús.
Un acicate para volver a lo esencial del cristianismo.