En una ciudad grande, tan grande que todos sus habitantes parecenbichitos, se abre una ventana en forma de una página que al pasar noscuenta historias. Allí vemos al niño que siempre heredaba la ropa desus hermanos pero en abril, para su cumpleaños, recibe unos calcetines nuevos. Allá, Angélica lleva a su pato al cine, hasta que un díaalguien con una linterna le dice que no pueden estar ahí. Y así,página a página, conocemos los acontecimientos grandes y pequeños delas personas de esa ciudad, a veces alegres, a veces tristes, como esla vida. Las ilustraciones de Manuel Monroy le agregan densidad yprofundidad a las instantáneas que Jairo Buitrago eligió mostrarnos yque le dan cuerpo a un ejercicio de observación del que nace laempatía.