«Una confesión impúdica de la autora de Buenos días tristeza.» LeMondeFrançoise Sagan alcanzó el éxito literario a los 19 años conBuenos días, tristeza, novela que escribió durante un verano despuésde que rechazaran su petición de ingreso en la universidad de laSorbonne. Luego vinieron mulitud de novelas, obras de teatro yensayos, todos con un enorme éxito de ventas.Su verdadero nombre era Françoise Quoirez y su pseudónimo, Sagan, fueinspirado por un personaje de Proust, la «Princesse de Sagan». Suspadres, burgueses bienpensantes, le pidieron que se cambiara elapellido.Se casó dos veces: primero con un editor de Hachette veinte años mayor que ella y luego con un playboy norteamericano. Tuvo múltiplesromances y relaciones, algunas de ellas escandalosas para su época:con la diseñadora Peggy Roche y con la editora del Playboy francés,Annick Geille. Solía frecuentar a Truman Capote y Ava Gardner, durante las escapadas de estos a Europa. En 1957 sufrió un grave accidente en su Aston Martin que la sumió en un breve coma. El escándalo y lasdrogas la acompañaron el resto de su corta e intensa vida.Murió en 2004 a los 69 años, y el presidente Jacques Chirac afirmó ensu funeral que «Francia ha perdido a una de sus escritoras másbrillantes y sensibles, una figura esencial de nuestra vidaliteraria».«En el verano de 1957, tras un accidente de automóvil, fuipresa durante tres meses de dolores lo bastante desagradables comopara que se me administrase cotidianamente un sucedáneo de morfinallamado "875" (Palfium). Al cabo de esos tres meses estaba losuficientemente enganchada como para que se impusiera una estancia enuna clínica especializada.»Tóxica es el diario de esa desintoxicación. En él, Sagan escribe de la misma forma que vivió, desnudándose sin pudor. Cuenta que comprendela importancia de la escritura. Habla de la lectura de Proust, deRimbaud y de Apollinaire como bálsamos para su espíritu quebrado.Entona, en suma, una canción de amor a la literatura. Ella, lainsolente rebelde, el trasunto de la Cécile caprichosa de su Buenosdías, tristeza, yace herida por su adicción a las drogas y se rinde aotra adicción aún más poderosa: las letras.«Una confesión descarnada sobre el infierno de la desintoxicación.» Le Point«Sagan escribe con rapidez animal, derrocha argumentos de eficaciaacadémica, y sus héroes y heroínas alcanzan la perfección de lospersonajes del teatro de Racine» John Updike, The New Yorker«Sagan fue una belleza hedonista y garçonne, que conducía cochesdeportivos descalza por las carreteras de Saint-Tropez, triunfó comoescritora y tomó tantas drogas que su fox-terrier murio de sobredosisal olisquear uno de sus pañuelos.» The Guardian«Tóxica es un texto esencial en la obra de Sagan.» Le Journal duDimanche