Ariel Summers estaba dispuesta a pactar con el mismo diablo paraescapar de una vida de pobreza. Por eso, no dudó en convertirse enamante del conde de Greville a cambio de recibir la refinada educación de una dama. Lo que no podía prever era la inoportuna muerte delconde y la perturbadora atracción que sentiría hacia su hijo bastardoy heredero, Justin Ross. Justin no pretendía reclamar a la joven elcumplimiento de un cruel pacto, pero el inocente encanto de Arieldespertaba su deseo de conquista, y se prometió que conseguiríaatraerla hacia su cama. No podía imaginar que la ingenua pasión deAriel reviviría en él emociones largo tiempo olvidadasà