La medicina ha triunfado en nuestro tiempo y ha convertido losterribles peligros del parto, de las heridas y las enfermedades enproblemas manejables. Pero cuando se trata de las realidadesinevitables del envejecimiento y la muerte, lo que hace la medicinaes, a menudo, lo contrario de lo que debería hacer. Atul Gawande,cirujano en ejercicio, pasa revista a las limitaciones e incapacidades de la medicina cuando se avecina la muerte. Y descubre cómo se pueden hacer mejor las cosas. ´Creemos que la medicina consiste engarantizar la salud y la supervivencia. Pero en realidad, es mucho más que eso. Porque quienes sufren una enfermedad grave tienen otrasprioridades, al margen de prolongar su vida. Entre sus principalespreocupaciones figuran evitar el sufrimiento, estrechar los lazos consus familiares y amigos, estar mentalmente conscientes, no ser unacarga para los demás y llegar a tener la sensación de que su vida está completa. La gente quiere compartir sus recuerdos, transmitir susabiduría y sus objetos personales, arreglar las relaciones,establecer sus legados y asegurarse de que las personas que deja atrás van a estar bien. Nuestro sistema de atención sanitaria tecnológicaha fracasado totalmente a la hora de satisfacer esas necesidades.´ Ser mortal, un libro apasionante y humano, muestra que la meta no es unabuena muerte sino una buena vida de principio a fin. Y nos enseña cómo asegurarnos de que nunca sacrificaremos lo que de verdad le importa a la gente.