Mal comprendido en su tiempo, el teatro de Valle-Inclán es visto comouna creación genial. El Retablo de la Avaricia, la Lujuria y la Muerte agrupa cinco piezas que don Ramón define en variados modos: la piezade mayor emvergadura, El Embrujado, es presentada como una tragedia de tierras de Salnés, Ligazón y La Cabeza del Bautista, melodramas paramarionetas. Pero todas ellas configuran eso: un Retablo mítico en elque se mueven todos los pecados capitales. Ricardo Doménech,catedrático de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, que hapreparado esta edición, ofrece en su estudio introductorio una doblelectura que guía, a través de la superficie de los textos, hacia susignificación simbólica. Porque la gran lección que Valle-Inclánenseña es que la realidad no consiste sólo en lo que vemos enapariencia sino en lo que podemos presentir a través del simbolismodel lenguaje: el misterio de la vida y la muerte.