La psicología de las emergencias comenzó a ponerse en práctica enEspaña a finales del siglo pasado. Durante estos más de veinte años se ha ido formando un cuerpo teórico y, sobre todo, perfilando lastécnicas eficaces y los escenarios en los que podía y debía contarsecon ella. Sin embargo, como en toda ciencia, periódicamente aparecennuevos retos que la ponen a prueba y que hacen que deba reinventarse.Esta obra, basada en anteriores manuales del autor, se ha ampliado y,con la aparición del coronavirus y el subsiguiente confinamiento, seha modificado y completado con situaciones, síntomas y técnicasespecíficas para la COVID-19. De este modo, se plantea una realidad en la que los psicólogos de emergencias han tenido que enfrentarse aactuaciones donde el contacto físico, la mirada o el lenguaje corporal no podían utilizarse como parte del apoyo psicológico avanzado.
Además, se han añadido nuevos contenidos en el campo de la prevención, el comportamiento humano en situaciones de emergencia, laspoblaciones especiales, el suicidio y la psicología positiva.