Marcos Piangers descubrió al convertirse en padre que las cosasimportantes no son tener una casa grande, un coche familiar o la mejor cuna del mercado, sino, como muestran los textos divertidos yemotivos de Papá es guay, dedicarles tiempo a tus hijos, prestarlesatención y disfrutar de la vida con ellos. «Pago para que me llamenhéroe cuando mato una cucaracha. Pago esa pequeña fortuna para que las pequeñas me aplaudan por recoger la pelota que cayó en el jardín delvecino. Pago para saberlo todo sobre todas las cosas y tenerrespuestas a todas las preguntas. Me está saliendo incluso barato.Pago una nimiedad por los abrazos. Cada abrazo de una niña de dos años me ahorra la fortuna que me gastaría en psiquiatras. Cada beso debuenas noches reduce la factura del cardiólogo. Cada «te quiero» mealeja del hospital. En realidad es un buen trato por todo lo querecibo. Menuda suerte haber encontrado ese chollo. Qué orgulloso estoy de ser padre.»