La vida sigue igual! Lisa siempre estuvo de la olla y, en contra detodo pronóstico (ja!), la vida marital parece ser un estupendo caldode cultivo para sus neurosis. Buddy fluctúa entre la inopia y elestrés mientras aguanta el chaparrón. La movida ahora es que alguiense ha ido de la boca sobre lo que pudo ocurrir con el cadáver deapestoso. . . ¿Tomará Odio rumbo de thriller? Pues va a ser que lascartas siempre han estado echadas o que, cuando se es un pringado, nohay vuelta de hoja, pero la existencia mediocre de Buddy Bradley sigue siendo básicamente eso: mediocre. Eh, pero que nada cambie tambiéntiene su parte buena: Beter Bagge sigue siendo el puto amo!