El lobito persigue a los niños que no se quieren ir a dormir íparacomérselos! Dice que son más fáciles de atrapar porque están cansados? Sólo que ahora él tampoco quiere irse a dormir, y está a punto demeterse en problemas con sus papás? Con un trazo fluido y contundenteSanders crea historias muy astutas que, lejos de adoctrinar a losniños sobre los buenos hábitos, usan al proverbial personaje del lobopara establecer una complicidad divertida y maliciosa entre autor ylector en la que también participarán los padres para dejar de ladopor un rato la imprescindible rutina diaria.