«¿Viajáis siempre solas?», pregunta el narrador del relato que datítulo al libro a dos mujeres a las que conoce en una playa cubana.«Viajamos juntas.» «Ya, bueno, quiero decir...» «Quiere decir sin unhombre. Para éste, diez mil mujeres viajando juntas estaríansolas.»
En la mayoría de los relatos de este libro, las protagonistas sonmujeres que viajan solas. En otros, nos encontramos con hombres,parejas, un conjunto de viajeros y viajeras que recorren el mundo pordiversos motivos: una científica austríaca que se desplaza a Karachide mala gana para certificarla autenticidad de una momia, una jovensenegalesa que se embarca en una patera rumbo a un país del que nosabe nada, un hombre al que se le ofrece la oportunidad de cambiar suvida rutinaria por una estancia en el paraíso.
Pero la nostalgia del paraíso perdido es un invento de esacivilización de la que huyen muchos viajeros. Durante el trayecto, enlugar de nativos sonrientes e ingenuos, encontrarán situaciones que no saben cómomanejar, a veces miseria y violencia. O descubrirán que ellugar o el encuentro soñados -las fantasías eróticas también son elcombustible de algunos viajes- no bastan para transformar nuestravida.
Como escribió Thomas Fuller: «Un asno que parte no regresa caballo»
"Una mirada única que desvela la violencia presente en todas lasrelaciones humanas."