Nadie quiere una mofeta. No se abre la puerta a una mofeta. No se lainvita a pasar. Especialmente, si en la casa se desarrolla una«importante labor petrológica». Y, por supuesto, jamás se deberíapermitir que se mudara allí. Pero Mofeto ha llegado a casa de Tejónpara quedarse, y no hay nada que él pueda hacer al respecto. Aunque su mundo se ponga patas arriba.