Carvalho viaja a Tailandia requerido por una antigua amiga con excesode afición a los amantes y a los asuntos turbios. Confundido por unapista falsa, el detective desciende hasta los escenarios más sórdidosde Bangkok, y sabedor de que es un viaje de ida y vuelta se recrea untanto, se demora tomándose unas vacaciones de sí mismo y de su mundocotidiano. De todos modos, intuye que la solución del caso (del caso y de su propia vida), que se antoja tan dramática como impredecible,llegará con su retorno a Barcelona.