Los tortuosos rodeos que hace el deseo sexual para satisfacerse, sobre todo cuando encuentra bloqueado su cauce natural, así como los atajos que suele tomar, las ambigüedades propias de nuestra lengua, de laspalabras y de las series de palabras según cómo se las ordene, sonalgunos de los terrenos en torno a los que se estructuran lascincuenta y cuatro historias que, entre la narración y el microensayo, componen este libro donde la necesaria desnudez, la obligada ausencia de adornos, pone en evidencia su intrínseca singularidad.