Una novela que retrata el universo de la trata de mujeres en Tijuana.Una obra de la frontera que apuesta por la denuncia.«Los hombres sonperros sin bozal, perros sin sesos, perros a los que domeñan susinstintos.»La leyenda sostiene que, desde épocas prehispánicas, loshabitantes de Tenancingo se han dedicado -como otros pueblos a lacerámica o a la alfarería- a una profesión singular: la prostitución.Más allá de esta versión, a lo largo de los siglos XX y XXI ha habidoallí muchos padres que educan a sus hijas para ser prostitutas y a sus hermanos para traficar con ellas.En 2001 fue descubierta la red delos hermanos Julio, Tomás y Luciano Salazar Juárez, quienes llevabanaños secuestrando a jóvenes mexicanas para obligarlas a prostituirseen Tijuana y en los «campos del amor» cerca de las plantaciones defresas de San Ysidro, California. La historia que esta obra en versocuenta surge de estos hechos. Lo demás -juzgue o no el lector- esficción.