La aclamada segunda parte de El juego de Ender, ganadora de lospremios Nebula 1986, Hugo 1987 y Locus 1987. Una de las mejores sagasde ciencia ficción jamás publicadas. Después del genocidio de losInsectores, Ender Wiggin desapareció y en su lugar surgió una vozpoderosa: la nueva religión de los Portavoces de los muertos, quesirven como sacerdotes a los que no creen en ningún Dios y, sinembargo, creen en los valores de los seres humanos. Han pasado tresmil años desde los hechos de El juego de Ender, pero los efectos delviaje relativista permiten la presencia de un Ender de treinta y cinco años, que será el elemento central en el segundo contacto de losseres humanos con otra raza galáctica. Esta especie, al igual que losInspectores, resulta completamente extraña y, en sus primerosacercamientos a los seres humanos, han causado muertesincomprensibles. Solo Ender, el xenocida, tendrá la valentía deafrontar la verdad.
La aclamada segunda parte de El juego de Ender, ganadora de los premios Nebula 1986, Hugo 1987 y Locus 1987. Una de las mejores sagas de ciencia ficción jamás publicadas. Después del genocidio de los Insectores, Ender Wiggin desapareció y en su lugar surgió una voz poderosa: la nueva religión de los Portavoces de los muertos, que sirven como sacerdotes a los que no creen en ningún Dios y, sin embargo, creen en los valores de los seres humanos. Han pasado tres mil años desde los hechos de El juego de Ender, pero los efectos del viaje relativista permiten la presencia de un Ender de treinta y cinco años, que será el elemento central en el segundo contacto de los seres humanos con otra raza galáctica. Esta especie, al igual que los Inspectores, resulta completamente extraña y, en sus primeros acercamientos a los seres humanos, han causado muertes incomprensibles. Solo Ender, el xenocida, tendrá la valentía de afrontar la verdad.