PRIMER VOLUMEN DE LA TRILOGÍA BAS-LAG.
«La estación de la calle Perdido transporta al lector, a lo largo demás de ochocientas páginas rebosantes de imaginación, a NuevaCorbuzon, una metrópoli bulliciosa y brutalmente estratificada: unParlamento compuesto por miembros de las elites, y sostenido por lafuerza militar, rige los destinos de una población marginal, ingente y prácticamente paria, de drogodependientes, prostitutas, artesanos ydelincuentes. Sin ser del todo un libro steampunk, La estación de lacalle Perdido tiene algo de parábola victoriana, de versión sci-fi deOliver Twist en la manera de describir la suciedad y la miseria en las calles. A lo que Miéville añadía un ingrediente más: laxenofobia.»
El Mundo