Una vez reconocida la educación como un derecho universal quedan porresponder dos cuestiones esenciales, estrechamente relacionadas entresí: ¿a qué educación tiene derecho un ser humano por el simple hechode serlo? y ¿cómo deberíamos ordenar el sistema educativo para lograresa educación? Este libro responde a estos interrogantes formulandouna teoría política educativa cuyo núcleo esencial es esta sencillaidea: solo es posible alcanzar una buena educación para todas laspersonas si sometemos al tribunal de la razón pública las diferentesopciones y creamos las condiciones para que los agentes educativospuedan comunicarse y cooperar en el diseño, desarrollo y evaluación de proyectos educativos concretos. En consonancia con esta idea, elordenamiento del sistema educativo no puede quedar a merced delmercado, ni tampoco debe orientarse, exclusivamente, por criterios deutilidad, sino que debe orientarse con arreglo a fines y a criteriosde valor.