Los mejores libros jamás escritos Edición de Santiago López-Ríos,profesor de Literatura Española en la Universidad Complutense deMadridLa emoción, la belleza, el sentido trágico y al mismo tiempo grotescode las grandes pasiones humanas hallan en La Celestina una de sus másintensas expresiones. El «loco amor» de Calisto y Melibea, enhebradocon los hilos de una «bruja», Celestina, culmina fatalmente con lamuerte de ambos. Fernando de Rojas es capaz de contarnos esta historia con una habilidad insospechada, que ata al lector a un texto poderoso y magnífico y que obra el milagro de llenar de pasión la lecturamisma.Esta edición incluye una introducción que contextualiza la obra, unaparato de notas, una cronología y una bibliografía esencial, así como también varias propuestas de discusión y debate en torno a lalectura. Está al cuidado de Santiago López-Ríos, profesor deliteratura española de la Universidad Complutense de Madrid.«¿No sabes que alivia la pena llorar la causa? ¡Cuánto es dulce a lostristes quejar su pasión!»
Los mejores libros jamás escritos Edición de Santiago López-Ríos,profesor de Literatura Española en la Universidad Complutense deMadrid
La emoción, la belleza, el sentido trágico y al mismo tiempo grotescode las grandes pasiones humanas hallan en La Celestina una de sus másintensas expresiones. El «loco amor» de Calisto y Melibea, enhebradocon los hilos de una «bruja», Celestina, culmina fatalmente con lamuerte de ambos. Fernando de Rojas es capaz de contarnos esta historia con una habilidad insospechada, que ata al lector a un texto poderoso y magnífico y que obra el milagro de llenar de pasión la lecturamisma.
Esta edición incluye una introducción que contextualiza la obra, unaparato de notas, una cronología y una bibliografía esencial, así como también varias propuestas de discusión y debate en torno a lalectura. Está al cuidado de Santiago López-Ríos, profesor deliteratura española de la Universidad Complutense de Madrid.
«¿No sabes que alivia la pena llorar la causa? Cuánto es dulce a lostristes quejar su pasión!»