Para Mallory Greenleaf, el ajedrez ha pasado a mejor vida. Ahora sopesa con
cuidado cada decisión que toma: después de que dicho deporte hiciese
estragos en su familia hace cuatro años, Mallory se dedica en exclusiva a su
madre, a sus hermanas y a un trabajo basura con el que paga las facturas. Al
menos, hasta que accede de mala gana a participar en un último torneo
benéfico y, sin pretenderlo, machaca al famoso Matarreyes, Nolan Sawyer: el
campeón mundial y el tío más malote del ajedrez.