Al inicio de esta novela, Rodrigo, el geólogo que protagoniza esta historia, recibe la visita de su padre. Y aunque esto ocurre una luminosa tarde de sábado después de almuerzo, no es una visita normal: su padre lleva diez años muerto. Rodrigo está seguro de eso: fue él quien lo vistió y lo metió dentro del cajón. Pero lo cierto es que ahora su padre está allí y él no sabe qué diablos hacer.
La inverosímil, pero real circunstancia, lleva a Rodrigo a recordar su infancia, el alcoholismo y muerte de su padre, así como los caminos que él decidió tomar profesional y personalmente. La extraña presencia paterna lo hará enfrentarse a aquellos fantasmas escondidos bajo tierra que determinaron sus opciones y quien es hoy como adulto.