Un aire de sincera veracidad conceptual y a la vez un decir doliente y desgarrado no exento en ocasiones de una leve carga de ironíadefinen, desde mi punto de vista, las más destacadas calidades deEsperando a Grenouille. Obra valiente, libre y desenfadada, unaconfesión en la que desnuda sin disimulos su yo más personal y en laque lanza al mundo sus grandes perplejidades existenciales con unaautenticidad y una coherencia expresiva dignas de ser muy consideradas en el panorama de la poesía española de este tiempo nuestro, tanpródigo, por desgracia, en voces y en acentos líricosconvencionales.Rogelio Reyes CanoUniversidad de Sevilla