El gran gusano hediondo se ha enseñoreado de la aldea abandonada y nopermitirá que nadie acabe con sus misas negras...El gran gusano hediondo se ha enseñoreado de la aldea abandonada y nopermitirá que nadie acabe con sus misas negras. La máquina planchadora ha probado la sangre de una virgen y quiere más, mucho más, y sumacabro deseo no se detendrá ante nada. Los amplios maizales imponen a los chicos sus sanguinarios ritos... El umbral de la noche nostransporta a un mundo de terrores imposibles pero queestán ahí: a lavuelta de la esquina, en un maizal, en un pueblo abandonado, en unalavandería, debajo de la cama o tras la puerta de ese armario que nisiquiera rechina.