Por la ganadora de los premios Booker Y Whitbread. «El príncipe negroposee la energía narrativa y la gran intelectualidad que caracterizana Murdoch. Su mejor novela.»Lawrence Graver, The New York Times 2019 - Centenario del nacimientode Iris Murdoch. Como ya hiciera en El mar, el mar, Iris Murdoch creaen esta novela una de las voces masculinas más persuasivas yseductoras de la literatura del siglo XX. En este caso se trata deBradley Pearson, un escritor ya mayor que sufre un bloqueo creativo.Rodeado de una telaraña de variopintos y curiosos personajes -suinefable hermano, su exmujer y un joven y deplorablemente exitosoescritor llamado Arnold Baffin-, Pearson intenta buscar una salidadesesperada a su angustiosa situación, al tiempo que se ponen demanifiesto las más absurdas complejidades de las relacionessentimentales. El príncipe negro es una de las grandes obrasnarrativas del siglo XX. Una novela sobre la experiencia de estarenamorado y una reflexión sobre la naturaleza de la literatura y elarte, además de un thriller intelectual sabiamente construido.Reseñas:«Iris Murdoch logró con El príncipe negro una de sus obras másperfectas y literarias.»Rodrigo Fresán, El País «Hay que remontarse a George Eliot paraencontrar un equivalente a Iris Murdoch.»Harold Bloom «Peregrinos de la lectura, perdidos en el árido desiertode las malas novelas: venid a Iris Murdoch.»Andrés Ibáñez, ABC Cultural «Leerla supone entrar en contacto con unmundo intelectual de preocupaciones teóricas y prácticas, narrativas y éticas, que resulta extraordinariamente seductor.»Álvaro Pombo «Uno de los más altos logros de la literaturacontemporánea.»The New York Review of Books «Iris Murdoch es la más importanteescritora inglesa de nuestro tiempo.»A. S. Byatt «El dominio del lenguaje, la historia y la filosofía deMurdoch atrapan al lector más avezado.»Publishers Weekly «Un originalísimo mundo novelístico de unainterminable seducción.»El País «Los libros de Iris Murdoch han constituido para mí unaprovisión impagable de diversión, de dicha, de conocimiento moral.»Ignacio Echevarría, El Cultural