James Whale fue un hombre que se inventó a sí mismo. Nació en unafamilia de la clase obrera inglesa y trabajó hasta que fue enviado alfrente en la Primera Guerra Mundial. Cayó prisionero y organizó ungrupo de teatro. Después de su liberación, y tras algunas temporadascomo actor en Londres, marchó a Hollywood. Allí se pasó al cine ydirigió el inmortal Frankenstein y su espléndida secuela, La novia deFrankenstein. Pero en 1957, tras años de silencio y olvido, fueencontrado muerto en circunstancias poco claras, flotando en lapiscina de su mansión. La escena era digna de El crepúsculo de losdioses, pero también del cine gótico que él había dirigido con manomaestra. Christopher Bram explora los misterios de la vida y la muerte de este fascinante personaje, en una novela asombrosa, donde larealidad y la ficción se mezclan.