El mejor Bevilacqua: por primera vez se explica con detenimiento elpasado del subteniente en la lucha antiterrorista en el País Vasco.Un varón de mediana edad aparece desnudo y brutalmente asesinado enuna playa de Formentera. Según varios testimonios recogidos por laGuardia Civil, en los días previos se lo había visto en locales deambiente gay de Ibiza. Cuando sus jefes llaman a Bevilacqua para quese ocupe de la investigación y lo informan de la peculiaridad delmuerto, un ciudadano vasco condenado en su día por colaboración conETA, el subteniente comprenderá que no es un caso más.Para tratar de esclarecer el crimen, y después de indagar sobre elterreno, Bevilacqua tendrá que trasladarse con su equipo a Guipúzcoa,el lugar de residencia del difunto, a una zona que conoce bien por suimplicación casi treinta años atrás en la lucha antiterrorista.Allí deberá vencer la desconfianza del entorno de la víctima y, sobretodo, lidiar con sus propios fantasmas del pasado, con lo que hizo ylo que dejó de hacer en una «guerra» entre conciudadanos, como la queveinticinco siglos atrás hubo en Corcira ?hoy Corfú? y que Tucídidesdescribió en toda su crudeza. Esos fantasmas lo conducirán a unaincómoda pregunta que le concierne inexcusablemente: ¿en qué medidanos conforma aquello contra lo que luchamos?«Lorenzo Silva retrata la Guardia Civil con un cuidado semejante al de Le Carré cuando escribe sobre el espionaje británico.» Antonio MuñozMolina
El mejor Bevilacqua: por primera vez se explica con detenimiento elpasado del subteniente en la lucha antiterrorista en el País Vasco.Un varón de mediana edad aparece desnudo y brutalmente asesinado enuna playa de Formentera. Según varios testimonios recogidos por laGuardia Civil, en los días previos se lo había visto en locales deambiente gay de Ibiza. Cuando sus jefes llaman a Bevilacqua para quese ocupe de la investigación y lo informan de la peculiaridad delmuerto, un ciudadano vasco condenado en su día por colaboración conETA, el subteniente comprenderá que no es un caso más.Para tratar de esclarecer el crimen, y después de indagar sobre elterreno, Bevilacqua tendrá que trasladarse con su equipo a Guipúzcoa,el lugar de residencia del difunto, a una zona que conoce bien por suimplicación casi treinta años atrás en la lucha antiterrorista.Allí deberá vencer la desconfianza del entorno de la víctima y, sobretodo, lidiar con sus propios fantasmas del pasado, con lo que hizo ylo que dejó de hacer en una «guerra» entre conciudadanos, como la queveinticinco siglos atrás hubo en Corcira ?hoy Corfú? y que Tucídidesdescribió en toda su crudeza. Esos fantasmas lo conducirán a unaincómoda pregunta que le concierne inexcusablemente: ¿en qué medidanos conforma aquello contra lo que luchamos?«Lorenzo Silva retrata la Guardia Civil con un cuidado semejante al de Le Carré cuando escribe sobre el espionaje británico.» Antonio MuñozMolina