Es casi imposible no sentirse interpelado por este ensayo de DanielPennac, convertido en un clásico. Lejos de toda grandilocuencia y delsentimiento de superioridad que suele hacer de profesores, padres ylectores figuras antipáticas y medio ridículas, el autor pone enescena el amor por leer pero sobre todo el desamor, porque losverdaderos protagonistas de este libro son los adolescentes,angustiados ante los intimidantes mamotretos de las lecturasobligatorias.Con la claridad de quien ha pensado largamente en el asunto y con unconocimiento preciso perceptible en cada frase de las dificultadesreales que entraña la enseñanza de la literatura, Pennac formulapro-puestas de rara sensatez. No hay aquí sermones ni moralinaliteratosa, sino una feroz y amable autocrítica, poco habitual entrelos supuestos promotores de la lectura. Aunque fue publicado originalmente en 1992, cuando los enemigos de laliteratura parecían ser el cine y la televisión, este hermoso libro no solo mantiene su vigencia sino que parece particularmente adecuadopara enfrentar el presente.Alejandro ZambraIlustración de cubiertaCarmen M. Cáceres