Se encontraba él en esa situación mortificante que todos nosotrosconocemos, en la cual cada minuto que pasa se lleva consigo otraoportunidad de recuperar nuestra entereza, en la cual, con la miradafija en el reloj, el genio de la invención siente la necesidad deduplicar, triplicar, decuplicar sus fuerzas en proporción al tiempocada vez menor del que dispone y a la velocidad con la que se acercala hora fatídica.