Inés pasa muchas tardes con su vecina doña Lupe. La niña escribe loque la anciana le dicta: cartas para su hijo que vive en lasAntípodas. Estas misivas son relatos llenos de magia, de imaginación,de recuerdos... Pero, poco a poco, la realidad y la fantasía parecenconfundirse en la mente de la mujer, como si unos ratones fueranroyendo, poco a poco, su memoria.