Casa con dos puertas, mala es de guardar ejemplifica la maestría enel engranaje preciso de un dramaturgo ya maduro que domina a laperfección el juego teatral de este tipo de piezas (comedias de capa y espada) e ilustra con claridad la actitud de un poeta dramático quesabe evadirse con oficio de la repetición formularia de un artilugioteatral a través de la experimentación y la aplicación de nuevas eingeniosas formas de resolver un enredo excesivamente tipificado.