Quienes producen verdadera fobia no son tanto los extranjeros o lasgentes de una raza diferente como los pobres. Los extranjeros conmedios no producen rechazo, sino todo lo contrario, porque se esperade ellos que aporten ingresos y se les recibe con entusiasmo. Los queinspiran desprecio son los pobres, los que parece que no puedenofrecer nada bueno, bien sean emigrantes o refugiados políticos. Y sin embargo no existe un nombre para una realidad social que esinnegable. Ante tal situación, Adela Cortina buscó en el léxico griego la palabra «pobre», áporos, y acuño el término «aporofobia», que seestá imponiendo de forma exponencial. Además de definir ycontextualizar el término, Adela Cortina explica la predisposición que tenemos los seres humanos a esta fobia y propone caminos desuperación a través de la educación, la eliminación de lasdesigualdades económicas, la promoción de una democracia que tome enserio la igualdad y el fomento de una hospitalidad cosmopolita.