En A LA PINTURA, Alberti «supo aunar con renovada audacia, mejor queen ningún otro libro suyo, las dos vocaciones inseparables de su vida: pintura y poesía. La singularidad del libro radica no sólo en querefleja en sus versos su amor hacia la pintura, sino en el hechoexcepcional de que un poeta, que también es pintor, ponga en verso suvisión de este arte. A la pintura es una de las cimas literarias de la amplia obra que el poeta compone en Argentina, en donde comienza eseexilio
político que durará treinta y nueve años y que lo llevará, impulsadopor la nostalgia, a componer una singular obra literaria muy lejos desus paisajes, pero deslumbrado por otros que le resultarán tanhermosos como familiares». «El espíritu de la pintura y de lospintores preside la estructura del libro, cuyos inasibles pilares sesustentan en la maestría de unos sonetos ïdiecinueve en totalïdedicados al lienzo, a la perspectiva, al claroscuro, a la mano, a laluz o a la divina proporción... Conmueve advertir cómo Alberti, aligual que un delicado orfebre, engarza las palabras con tanto esmero,precisión y acierto, con tanto dominio de lo que trata, quedifícilmente puede contenerse la emoción a través de su lectura, tales su amor hacia el idioma que utiliza...»